En muchas culturas, la sal es un símbolo importante de protección y limpieza. Este ingrediente se utiliza para realizar numerosos rituales y amuletos que ayudan a purificar la energía, dar espacio a las bendiciones y protegerte de la envidia y otros efectos negativos. Pero ¿cuánto hay de realidad y verdad en ello?, ¿cuánto de religión y de superstición?
Por ejemplo, el comienzo de diciembre marca el último tramo del año y la llegada del invierno. Y es esta época cuando aparecen los consejos y rituales que ayuden a limpiar la energía del hogar y preparar los espacios para despedir el año de forma positiva. Y entre los más extendidos están aquellos que enseñan a preparar un ritual con sal, ideal -dicen- para permitir que la nueva energía entre a tu casa, eliminando todas las malas intenciones acumuladas durante el año.
En otras ocasiones estos rituales de la sal se realizan para atraer dinero y abundancia, otros son rituales funerarios cristianos en los que se emplean platos y cuenco con sal... tal como recuerda el verso de Levítico 2, 13:
Quidquid obtuleris sacrificii, sale condies, nec auferes sal foederis Dei tui de sacrificio tuo: in omni oblatione tua offeres sal.
"Y sazonarás con sal toda ofrenda que presentes, y no harás que falte jamás de tu ofrenda la sal del pacto de tu Dios; en toda ofrenda tuya ofrecerás sal".
Pero más allá de la época cristina y más atrás en el tiempo, la sal tuvo en la cultura greco-romana un significado más profundo y complejo, que con el correr de los siglos derivaría en todas las supersticiones actuales. Uno de los objetivos de este proyecto es ahondar en estos rituales y buscar en las raíces de la Antigüedad Clásica los textos que nos ayuden a entender y encontrar una explicación a estos rituales.
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